¿Qué les parece el refrán militar
“El que manda, manda y si se equivoca: vuelve a mandar”?
Etimológicamente, la palabra
dirección deriva del prefijo intensivo DI y del sánscrito RAJ (Riere), que
significa preeminencia o gobernar. Conceptualmente dirección es la cuarta etapa
del proceso administrativo, mediante la cual el
líder conduce al grupo a la consecución de los objetivos, aplicando los
conocimientos en la toma de decisiones. La dirección es la parte esencial y
central de la administración, a la cual deben subordinarse en forma ordenada la
planeación y la organización, en beneficio de la mejor ejecución.
Sus elementos básicos son la
autoridad y la coordinación; los medios fundamentales son la delegación y la
supervisión y por su naturaleza interpersonal, durante su ejercicio se generan
procesos psicosociales tales como motivación, comunicación, liderazgo, toma de
decisiones y manejos de conflictos.
La autoridad formal es la
facultad legal del directivo para dar órdenes y la obligatoriedad de los
subordinados para obedecerlas.
La dirección une lo legítimo y lo
creador, así como la ciencia y el arte de lo objetivo y lo subjetivo. El
directivo aplica las leyes, pero también la intuición, los principios técnicos
y la creatividad personal; los procedimientos normativos y las enseñanzas
derivadas de la experiencia; los métodos cuantitativos y los cualitativos;
la teoría y la práctica; las mediciones
y la apreciación, la generalización y la particularización; la tipificación y
la iniciativa. Dirigir implica mandar, influir y motivar.
Cuando el superior jerárquico
concede autoridad y transmite responsabilidad está delegando, ya sea en forma
general otorgando amplias facultades para todas las funciones o bien en forma
específica cuando se limita a determinada actividad o aspecto.
Parte esencial de lo subjetivo de
la dirección es el estilo, que puede ser concreto, reconocible, aislable y
fuente de éxitos y fracasos. Cada dirigente imprime a su trabajo una manera de
guiar y conducir, una forma específica
de vincular la teoría con la práctica y una mayor o menor capacidad
creadora como directivo.
De acuerdo con la teoría X-Y de
Douglas Mc Gregor, existen dos tipos de individuos: los que deben ser obligados
a trabajar (X) y los que pueden ser conducidos en el trabajo (Y). Los X, la
mayoría, no les gusta el trabajo, evitan el esfuerzo, no asumen
responsabilidades, son pasivos, y es
necesario que estén vigiladas y controladas para lograr los objetivos. Los Y
son personas que disfrutan de su trabajo (quizá piensan que no sería necesario que
les pagaran), buscan responsabilidades, tienen muy buen desempeño, son
creativos y se muestran críticos en sus labores.
William Ouchi, presenta la teoría
Z para contrastar la teoría X-Y, sugiriendo que los individuos no disocian su
condición de seres humanos de la condición de empleados, por lo que la
humanización a la vez que incrementa la productividad, aumenta la autoestima.
Sus tres principios básicos son
la confianza, la atención a las relaciones humanas y las relaciones sociales
estrechas. Toma la productividad como una cuestión de organización social, se
basa en la gestión humana, bajo el patrón cultural y social de su entorno,
porque la dirección eficiente es determinante en la moral de los empleados y
consecuentemente en la productividad.
Entre los principios de la
dirección se encuentran: La armonía del objetivo del dirigente con el objetivo
general de la organización; impersonalidad del mando ya que el ejercicio de la
autoridad depende de las necesidades institucionales; supervisión directa en
donde el dirigente apoya e informa a sus subordinados durante la ejecución de
los planes a fin de facilitar los logros; el principio de la vía jerárquica
respetando los canales de información establecidos; de la resolución del
conflicto, interviniendo precozmente cuando aparezca y surja un conflicto,
aprovechando el mismo para visualizar nuevas estrategias y emprender diversas
alternativas.
Finalmente es muy importante
recordar que el hecho más cotidiano del
directivo es la toma de decisiones, tema que merece un espacio específico,
que abordaré en el futuro.